En primer lugar recogeremos los frondes de algas preferentemente en la orilla, es decir, los que ya no viven fijos al sustrato y han sido arrancados y flotan hasta la zona alta de marea. 

Luego lo llevaremos a nuestra casa envueltos en trapos húmedos o en un recipiente con agua de mar procurando que no se eleve la temperatura y en ambiente fresco.

Una vez en casa, en una bandeja con agua de mar introduciremos una cartulina blanca y con los dedos o con un pincel trataremos de extender las ramificaciones del fronde recolectado. 

Cuidadosamente retiraremos la cartulina con cierto ángulo para que al evacuar el agua se mantenga el fronde lo más extendido posible.

En este momento colocaremos la cartulina con nuestra alga sobre un periódico y por encima colocaremos una tela fina tipo visillo para que un segundo periódico que situaremos por encima no se pegue al papel húmedo o al fronde.

Sobre los periódicos pondremos algo de peso, como unos libros de enciclopedia para que la muestra quede lo más aplanada y seca posible.

Al principio cambiaremos los periódicos de forma diaria y a medida que veamos la pérdida de humedad podremos prolongar el cambio a varios días.

Una vez tengamos el pliego seco lo guardaremos en oscuridad y ausencia de humedad y escribiremos el nombre de la especie en latín, el nombre de la persona que ha recolectado el alga, la fecha y el lugar de la recolección con los detalles más definidos posibles.